D E U N A

Sitio destinado a proponer puntos de vista sobre la contingencia, analizando los acontecimientos que dan forma al diario vivir entre los chilenos.

Monday, October 09, 2006

LOS GIRARDI DE NUEVO…

“No son tiempos para autoritarios,no son tiempos para quienes no quieren escuchar”.
Presidenta Michelle Bachelet, en el día de su cumpleaños.
Telediario, La Red, 29/09/06.
Patricio Araya G.
Ex Editor General Periódico “El Cerro”
Mi difunta abuela Sabina solía decir que cuando “la pelá” anda cerca, fijo que se lleva a tres al hilo. Con el despido de la última Directora de Desarrollo Comunitario (DIDECO) de Cerro Navia, la Asistente Social, Verónica Zorrilla, este adagio se quedó corto, pues ya somos cuatro los finados que se ha llevado “la pelá”, tras su paso por la comarca de Don Vito, el verdadero amo y señor de esos pastizales.
En agosto, este humilde futuro famoso periodista, se convirtió en el segundo eslabón de una saga –o de la “matanza anual” de los Girardi– que había comenzado meses antes con el despido de la Directora de Salud, y que los postreres aires dieciocheros se encargaron de completar con otras dos leales colaboradoras de la alcaldesa-antropóloga-hermana de Don Vito-pretendida diputada por el distrito 18.
En lo que va del año 2006, cuatro profesionales hemos corrido la misma suerte en esa com(o)una-familia. ¿A qué debemos esta tendencia? La respuesta: desgobierno comunal. Para nadie que conozca a la alcaldesa Cristina Girardi –como sus ex colaboradores–, es un misterio que lo de ella no es precisamente la vocación por el servicio público lo que anima sus días. Todos sabemos que no está cómoda en su cargo. Muchos nos hemos enterado de sus enfermizas ansias de llegar al parlamento; del mismo modo, conocemos las razones que se lo han impedido. Sabemos que fue su hermano –jefe de la familia–, quien la obligó a recular ante el inminente triunfo de la oposición en la elección municipal de 2004, conminándola a inscribirse para una contienda que la hastiaba de antemano. De allí en adelante, todo ha salido mal. Muy mal. Los principales perjudicados han sido los vecinos de Cerro Navia.
Basta ya de echarle la culpa al empedrado, señora Cristina Girardi. No son sus colaboradores los que requieren la ayuda de bastones para caminar. Basta de descalificar a quienes se han dado el tiempo en la vida para estudiar algo. Basta de echarle la culpa a sus DIDECO por la falta de convocatoria a sus Diálogos (Monólogos) Ciudadanos. Quítese la venda de los ojos y convénzase que sus mentados Presupuestos Participativos, no son más que una farsa, en la que participa menos del 1% de la comunidad, una tomadura de pelo para los habitantes de Cerro Navia. Mejor asuma que se trata de un descarado proselitismo político permanente, que le permite a su familia estar en contacto durante gran parte de año con sus vecinos-electores, con cargo al presupuesto municipal. Un verdadero festín en nombre de la democracia.
Basta de ya de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, como ocurrió a mediados del año 2005, cuando un Contador Auditor fue despedido del municipio bajo cargos de presunta corrupción, cuando en los hechos, este profesional había descubierto un millonario fraude en la Corporación del Deporte, cuestión que motivó una posterior denuncia del Concejo Municipal a la Fiscalía. La alcaldesa debió revocar el despido y reintegrar al profesional.
Basta ya de enarbolar la pobreza material de la gente para cacarear éxitos y pertenencias impropios. Se habla de progreso y bienestar; de calidad de vida y futuro promisorio; de compromiso y tradición; pero, ¿de qué avances hablamos? Algunos ejemplos: J. J. Pérez, principal arteria comunal, es la misma desde hace 30 años, y para colmo, hoy se encuentra ad portas de ser expropiada como parte del Transantiago; la publicitada pavimentación de calles y pasajes es una obra financiada por el Estado y no por los municipios, de manera que independientemente de quien ocupe la alcaldía, el gobierno central igual lo va a incluir en el presupuesto anual de la nación; la matrícula escolar ha disminuido en 30%; la venta de alcohol, drogas y prostitución está desatada en toda la comuna; el equipo de fútbol que milita en la tercera división, juega de local en Pudahuel; ninguno de los Girardi vive en Cerro Navia, tampoco compra un solo pan en su comercio, ninguno de ellos invierte un mísero peso de los 26 millones mensuales que recaudan con cargo a la fe de los pobres, ni mucho menos, ninguno de sus hijos estudian allí, por el contrario, lo hacen en colegios del barrio alto por los que pagan altísimos aranceles. Eso de “yo nací en Cerro Navia”, ya no suena bien.
El problema no está en el estómago, está en la cabeza. La actual gestión municipal de Cerro Navia incluso podría figurar en el libro de records Guinnes como el lugar del mundo donde menos ha permanecido un Director de Desarrollo Comunitario: ¡medio día! Huyó despavorido. Ello debería bastarnos para darnos cuenta del caos y el desgobierno que asola esa administración, la que lejos de poseer un carácter técnico, está teñida por la desidia y la avaricia; por el desprecio y el autoritarismo de su máxima autoridad; por su sordera, por su loco afán de figurar a cualquier precio, para arribar a la tierra prometida: la Cámara de Diputados.
En una siguiente oportunidad ustedes sabrán qué es capaz de hacer una alcaldesa para aparecer en televisión.

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